Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para su sustento, incluidos 70 millones de personas indígenas.

De las 8.300 razas de animales conocidas, el 8% está extinto y el 22% está en peligro de extinción.

2.600 millones de personas dependen directamente de la agricultura, pero el 52% de la tierra utilizada para ello, está moderada o severamente afectada por la degradación del suelo.  Debido a la sequía y la desertificación, se pierden 12 millones de hectáreas de cultivo cada año.

Estos son solo algunos datos que otorgan una importancia vital al objetivo número 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, LA VIDA DE LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES, que incide además directamente en otros como el Hambre Cero o la producción y consumo responsables.. Incluso, la vida submarina depende también en gran medida de lo que hacemos en tierra.

Es vital, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de biodiversidad.

Para que te hagas una idea, los bosques ocupan casi una tercer parte del planeta y albergan a más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. El 80%…

Proporcionan seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el cambio climático y protegen la diversidad biológica. A mayor de especies o biodiversidad en un ecosistema, mayor será su capacidad de recuperación, porque estas pueden absorber y reducir los efectos de los cambios ambientales y reducir las posibilidades de un cambio que podría ser dramático.

Al proteger los bosques, también podremos invertimos en nuestro futuro. De las más de 80,000 especies de árboles, menos del 1 por ciento se han estudiado para su posible uso. Ellos o los animales, microorganismos o invertebrados que allí viven, podrían contener la cura a próximas enfermedades o ser la solución tecnológica para la fabricación de nuevos tejidos y materiales.. Y no lo sabríamos nunca.

(El 80% de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo, dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud)
Sí, ya sé que no es fácil, que es complicado llegar a un equilibrio, revertir la situación. Pero incluso nosotros somos responsables y podemos formar parte del cambio. La ganaderia y el cultivo intensivo para nuestros flamantes restaurantes de cómida rápida, por ejemplo, son las responsables de la tala de miles de hectareas, produciéndose curiosamente un circulo vicioso del que es difícil escapar.

(Actualmente, 13 millones de hectáreas de bosque desaparecen cada año)
Porque la deforestación, repercute en el cambio climático y conlleva sequias, inundaciones y desertificación, afectando a la vida de millones de personas en la lucha contra la pobreza. Cada minuto se pierden en el mundo 23 hectareas dedicadas al cultivo, la superficie de 25 campos de futbol. Calcula cuantos de esos campos de cultivo se han perdido mientras dura este video… En un año, podrían cultivarse en todos esos campos perdidos, 20 millones de toneladas de cereales.

Y no solo hay que pensar en la tala de árboles en el Amazonas, gravísima por otra parte, que parece que nos pilla a todos muy lejos. El cuidado de los ecosistemas terrestres nos afecta a todos, en España lo sabemos bien, no hay más que recordar los incendios forestales que se repiten cada verano o la últimas inundaciones en Murcia, que independientemente de que fueran causadas por la gota fría, (el cambio climático again) arrastaron al Mar Menor nitratos, abonos, insecticidas y pesticidas utilizados en la agricultura. La pérdida ecológica y económica en ambos casos, incalculable.

Solo el arroz, maíz y trigo proporcionan el 60% de la ingesta energética mundial.

¿Podemos hacer algo? Por supuesto. Necesitamos el compromiso firme de todos los países e instituciones nacionales e internacionales afectados. 1) Necesitamos poner en práctica medidas para la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, detener la deforestación, recuperar los bosques degradados y apostar por la forestación y la reforestación a nivel mundial. 2) Debemos luchar contra la caza furtiva, el tráfico de
especies protegidas de flora y fauna, y la introducción de especies exóticas invasoras. Y por supuesto 3) Adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de biodiversidad y, de aquí a 2020, proteger las especies amenazadas y evitar su extinción.